Cada primero de año, especialmente después de los excesos de las fiestas navideñas, casi todos nos planteamos perder peso de inmediato.
Luego de los "atracones" de las fiestas, te aconsejo un plan para tratar de subsanar los daños provocados por los excesos. Un propósito que no debiera quedarse en proyecto porque tan importante como perder peso es desintoxicar nuestro organismo.
Muchas veces no somos concientes de lo que podemos llegar a consumir esas noches de fiesta, se asegura que en una cena navideña o de fin de año se consumen calorías equivalentes a 5 días.
En general comemos mal y nos movemos mucho menos de lo que nos haría falta. Por eso es bueno plantearnos de manera seria esos vagos propósitos que generalmente nos formulamos siempre tras los excesos navideños. Porque las comidas son abundantes y se abusa de grasa, azúcar, alcohol y todo tipo de excitantes... con el riesgo evidente de acumular en el organismo toxinas, colesterol y ácido úrico, elementos que pueden agravar o dar lugar a problemas de sobrepeso, obesidad, aterosclerosis, problemas cardiovasculares, diabetes, gota, etc.
Y eso que el equilibrio orgánico se consigue de una manera muy simple: comiendo menos y moviéndose más. Claro que, como suele ser difícil plantearse cambios de hábitos bruscos, bien está empezar por una cura de desintoxicación para, después, plantearse un sistema de adelgazamiento. Y, por supuesto, hacer un hueco para caminar al menos una hora todos los días.
Lo mejor para adelgazar
Sabemos que el problema es que, una vez desintoxicado el organismo, lo habitual es volver a los viejos hábitos de comida, la bollería, la comida rápida y la alimentación a base de bocadillos, hamburguesas o pizzas junto al sedentarismo pueden llevarnos rápidamente de nuevo a la situación de sobrepeso o de auténtica obesidad.
Una dieta que permite tomar las cantidades que se deseen de casi todo tipo de frutas, verduras, huevos, pescados, mariscos, carne blanca, jamón york , serrano y siguiendo, eso sí, una serie de reglas básicas:
• Beber sin límite: agua, soda, caldo light, infusiones sin azúcar, gelatinas light. Incorporar por lo menos dos litros y medio de agua al día.
• Consumir abundante cantidad de frutas y vegetales frescos y en zumos.
• Consumir cereales integrales.
• Comer más pescado.
• Consumir yogures descremados.
• Cenar poco: incluir hortalizas, carne magra y fruta.
• Evitar embutidos, fiambres, manteca, mayonesa y frituras.
• Reducir el consumo de sal.
• Tomar té, manzanilla, valeriana, tilo o cedrón para reemplazar al café.
• Moverse más cada día: caminar o ir en bicicleta, hacer una actividad física de su agrado y convertirla en hábito.
¿Si todo esto te parece poco?
¡También te espero en las clases de Zumba!
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